El resveratrol es comúnmente conocido como la navaja suiza de suplementos dietéticos para la salud general. Como tal, se cree que prolonga la vida debido a su supuesta capacidad para mejorar el metabolismo y prevenir enfermedades del corazón. Se encuentra en alimentos naturales como la piel de las uvas y algunos tipos de bayas. Resveratrol es un estilbenoide, un tipo de fenol que las plantas, por ejemplo, producen para protegerse después de una lesión o cuando están plagadas de bacterias u hongos.

La capacidad más controvertida de Resveratrol es la prevención del cáncer en los seres humanos. Encontrar una cura o una defensa contra el cáncer es lo más deseable para los científicos de todo el mundo. Los datos epidemiológicos han demostrado que existe una correlación significativa entre el cáncer y la dieta humana promedio en diferentes países. Esa es una de las razones por las cuales, entre otros, los científicos se enfocan en sustancias naturales que pueden remediar el cáncer algún día. El resveratrol, especialmente, tiene un efecto comprobado para ayudar a reducir el desarrollo de carcinomas debido a su actividad antioxidante. Los alimentos y sustancias que tienen propiedades para prevenir el cáncer incluyen el té verde, la soya, la granada, la vitamina E, la vitamina D, la curcumina y, por supuesto, el resveratrol. El resveratrol ha demostrado ser eficaz en muchos tipos de cáncer. Un ensayo en ratones con cáncer de pulmón ha demostrado que Resveratrol pudo reducir significativamente el volumen del tumor en un 42%, el peso del tumor en un 44% y el potencial metastásico en un 56% [1].

El resveratrol en sí se encuentra en la piel de las uvas, el maní y algunos tipos de bayas como las frambuesas. La mayor concentración de resveratrol se encuentra en la piel de las uvas frescas, que contienen hasta 0,1 mg de Resveratrol por gramo de uvas frescas. Es por eso que el vino tinto y el jugo de uva contienen cantidades relativamente altas de Resveratrol. Una botella de vino tinto, por ejemplo, que contiene 500 uvas, con cada uva que pesa aprox. 5 gramos, la producción de una botella de vino procesa 2,5 kg de uvas. Al multiplicar eso con la concentración por uva, una botella puede contener hasta 250 mg de Resveratrol.

Se afirma de manera ubicua que un vaso de vino al día puede prolongar la esperanza de vida o al menos reducir el riesgo de un derrame cerebral o una enfermedad cardíaca. Si bien esto parece obvio, lo contrario de la ingesta diaria de vino son los efectos tóxicos del alcohol y el riesgo de alcoholismo, ya que afecta el sistema de recompensa en el cerebro al elevar los niveles de dopamina. Sin embargo, la concentración de Resveratrol en el vino sugiere que, de hecho, puede contribuir a prevenir las enfermedades del corazón. Cuestionables son los efectos secundarios del consumo de vino a largo plazo.

En 2012, la revista estadounidense de cardiología publicó un artículo sobre los efectos positivos que tuvo Resveratrol en pacientes con alto riesgo de enfermedad cardiovascular debido a un mejor estado inflamatorio y fibrinolítico [2]. Los sujetos a los que se les administró nutracéuticos de uva con una alta concentración de Resveratrol tuvieron mejores resultados 1 año después de la primera administración. Por lo tanto, Resveratrol puede, en el futuro, complementar la terapia en la prevención primaria de enfermedades cardiovasculares.

El resveratrol también se cuestiona como complemento del tratamiento farmacológico de la diabetes mellitus tipo 2 [3]. De hecho, respaldado por un metanálisis que incluyó seis estudios diferentes con colectivamente más de 240 sujetos, se concluyó que Resveratrol pudo reducir significativamente la presión arterial sistólica con probands que administraban más de 150 mg por día [4], mientras que no afecta la presión arterial diastólica en la misma extensión.